21 julio 2009

VI Jornadas nacionales de Investigadores en Comunicacion - Cordoba, octubre 2002



DISCURSOS, RETÓRICAS Y ESTRATEGIAS COMUNICACIONALES EN LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS -PONENCIA publicada en 2002-

“Nadie deja de comprender cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez; pero la experiencia nos demuestra, por lo que sucede en nuestros tiempos, que son los príncipes que han hecho menos caso a la fe jurada, envuelto a los demás con su astucia y reído de los que han confiado en su lealtad, los únicos que han realizado grandes empresas.”[1]


En todos los tiempos de la historia de la humanidad, la actividad política se ha caracterizado principalmente por la utilización de un discurso capaz de construir un universo que existe en el momento en el que dan su palabra, pero que se desvanece cuando dejan de hablar. Ese discurso, tan efímero y contradictorio es necesario analizar cuidadosamente para poder comprender sus intenciones y consecuencias.
Actualmente, en casi todo el mundo, la política se encuentra devaluada y sin credibilidad. Pareciera estar cercada por la crisis y protesta social, la presión de los mercados y el constante monitoreo mediático. Sin embargo, este aparente desprestigio de las prácticas políticas todavía no ha volcado en esa peligrosa barranca, aún cuenta con una letal y eficaz estrategia comunicacional: el discurso. Son acaso los discursos y las retóricas las que facilitan que las practicas políticas se mantengan como tales, pero que también muchas veces son esas retóricas y discursos las que permiten visualizar la aparente decadencia de esta práctica.
RECORRIDOS TEÓRICOS

Es preciso comenzar a indagar sobre los discursos, retóricas y estrategias comunicacionales, partiendo desde las definiciones de cada uno de estos elementos abordados en el presente trabajo. Se toma el concepto de discurso político propuesto por Eliseo Verón[2], del cual se tendrá en cuenta los siguientes puntos:
Øse trata de conceptualizar una tipología de juegos discursivos, es decir, no se trata de un discurso sino un campo discursivo.
Øla definición de “tipo”, no es otra cosa que las diferentes estrategias dentro del mismo juego.
Ølos diferentes modos de manifestación de un cierto “tipo” de discurso, es decir, los soportes significantes que determinan la condiciones de circulación, condicionan ese campo discursivo.

Con respecto a las retóricas, se tendrá en cuenta lo que respecta a los metalenguajes, ese discurso sobre el discurso que comporta diferentes prácticas según las épocas, en la retórica 3. Algunas de las prácticas retóricas a modo de referencia:
Ø una técnica, arte de persuasión, es decir, conjunto de recetas cuya puesta en práctica permite convencer al oyente del discurso aun cuando aquello de lo que hay que persuadirlo se “falso”.
Ø una moral, por ser un sistema de “reglas”, la retórica está penetrada por la ambigüedad de la palabra.
Ø una práctica social, la retórica es la técnica privilegiada que permite a las clases dirigentes asegurarse la propiedad de la palabra. El lenguaje como poder.
Ø Una práctica lúdica, es el desarrollo de una burla a la retórica, una retórica “negra”(sospechas, desprecios, ironías): juegos, parodias, chistes que se desarrollan como las anteriores prácticas, conformándose en un sistema institucional.


En cuanto a las estrategias comunicacionales 4, se pretende ver cómo las prácticas comunicacionales se relacionan con lo político, transformándose en estrategias dentro de las prácticas políticas. Las estrategias comunicativas se expresan en prácticas discursivas generadoras de sentido, tanto para el que lo enuncia como para quien lo recibe. Lográndose una producción de sentidos de ambos lugares. La mirada comunicacional crítica de las prácticas discursivas constituye un dominio de análisis necesario que se agrega al estudio de la configuración de lo político en el discurso, ambos fundamentan la posibilidad de una práctica de comunicación política5. La comunicación y el discurso dan especificidad en la construcción de sentido político.
La massmediatización de la política parece ser una de las estrategias comunicacionales más en boga en estos tiempos, tratando de hacer ver al discurso como un elemento adosado la construcción de la imagen del candidato político. Si bien, lo político (en su carácter substantivada), se ha deslizado hacia la imagen, en la medida que se ha desterritorializado y ha perdido a los grandes relatos como sustento; son los discursos lo que todavía permiten su permanencia como práctica en el tiempo. Aunque hoy es común señalar que se sigue a un candidato más que al partido, son los discursos y retóricas que esos candidatos utilizan, los que lo caracterizan, le dan legitimidad y cierta diferenciación política.


ALGUNAS ESPECIFICIDADES

Es necesario aclarar que el tipo de discurso político que se abordará como punto de análisis, es aquel que se efectúa sin la mediatización de las cámaras (imágenes). Es decir, es aquel tipo de discurso que pronuncia un determinado candidato político en un acto proselitista, en el que se encuentra mediatizado por un escenario que aunque lo separa de su público, produce la sensación de cercanía hacia él. A diferencia de lo que puede llegar a producir la imagen de una pantalla, que es mucho más amplia, tanto en la llegada a un heterogéneo grupo receptor como en la sensación de lejanía; un acto proselitista se construye desde la base de que tanto el enunciador como el público receptor comparten ciertos ideales que los hace pertenecer al mismo partido político y los diferencia de otros.
Lo significativo de estos discursos es la tipología de las palabras enunciadas, la mayoría (por no decir todas) tienden a estar dentro de una línea en la búsqueda constante de emoción y sensibilidad en el otro. Transitando desde la historia del partido al que pertenecen, hasta las que nominalizan aquellas cuestiones que han sufrido transformaciones, deterioro pero que aún socialmente conservan un lugar central al momento de nombrarlas. A modo ejemplificatorio se pueden destacar las siguientes palabras: salud, educación, trabajo, deuda externa; cuyos significantes se transforman, es decir, pareciera que estas palabras estuvieran vacías, sin contenido; significados sin significantes. Sin entrar en una análisis puramente lingüístico, pareciera que estas palabras tuvieran sus significado desdibujado, al punto de quebrar la teoría saussuriana.
“Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar.”6
Son las promesas, ya identificadas por Maquiavelo, como la estrategia principal de comunicación que tiene el candidato político para con su público receptor, sus seguidores o partidarios. Es entonces, la astucia de utilizar vocablos capaces de producir un mundo simbólico que poco tiene que ver con l a realidad de los sujetos, tanto del candidato como la de su público. Se construye de esta forma, un universo que dura, lo que dura ese discurso pronunciado. “Pues los hombres juzgan mas con los ojos que con las manos... Todos ven lo que pareces ser, mas pocos saben lo que eres; y esos poco no se atreven a oponerse a opinión de la mayoría, que se escuda detrás de la majestad del Estado”. En esta frase Maquiavelo nuevamente pone de manifiesto lo que significan las estrategias políticas en cuanto a las promesas y a la forma de comunicarse con los demás sujetos sociales.
La aparición del sentido político en el discurso se da, a partir de una red de interrelaciones complejas que responden a cuestiones principalmente de distinciones de quién habla, cuál es el sujeto del discurso y cómo puede caracterizarse la emergencia del sujeto en los discursos. Como también es importante determinar, de qué habla el discurso, en qué condiciones se produce, pero fundamentalmente en cuáles se lo comprende y se lo interpreta.
Entonces, por un lado la política implica una práctica de sujetos y/o grupos sociales, en torno a cuestiones de interés para ellos. Esta práctica se basa en relaciones de poder, de las cuales una consiste en la producción de ideas difundidas mediante ciertos procedimientos y en determinadas condiciones.
Por otro lado, el discurso también es una práctica material por parte de un o unos sujetos en una relación de implicación recíproca con su discurso, es decir un sujeto emite un discurso pero queda construido como sujeto por su discurso. Además el discurso se da en situaciones determinadas que lo condicionan, y que hacen que su interpretación también esté sujeta a estos factores determinantes.
Tanto la política como los discursos implican una práctica social. Pero para poder establecer si entre ambas prácticas se produce comunicación política hay que demostrar la aparición de algún tipo de especificidad. Esa relación debe poder dar cuenta de lo que emerge en el discurso /sujeto, objetos, estrategias, conceptos, como correspondiente a las relaciones implicadas en lo político.
Enunciar una palabra política consiste en situarse a sí mismo y a tres tipos de destinatarios, por medio de constataciones, explicaciones y promesas, respecto de las entidades del imaginario7. Por un lado, respecto de aquellas entidades con las cuales en enunciador busca construir una relación, y por otro respecto de la entidad que da legitimidad a esa palabra, la que la identifica.
En todo discurso político se identifica un componente programático, que se caracteriza por el predominio de las formas verbales en infinitivo y en futuro. El componente programático es el orden del poder hacer. Es este orden lo que caracteriza al discurso político, en tanto está cargado de promesas y proyectos de soluciones futuras a los problemas del momento, y que de alguna u otra forma han intervenido en el surgimiento de esos problemas.
Aunque no se profundizará en los cuatro componentes existentes dentro del discurso político que señala Verón7, en la actualidad se percibe al discurso político dentro de un universo ajeno al de las situaciones y conflictos reales y actuales. Pareciera ser que las palabras sólo son abstracciones retraídas y aisladas del contexto de crisis social, pero no porque en muchos casos no hagan referencia a esta situación; si no por el hecho de permanecer sólo en el acto discursivo.
Como se construye el discurso político, también se construyen los sujetos destinatarios de ese discurso, y en este juego maquiavélico se entrecruzan relaciones de poder que tienden a homogeneizar al otro heterogéneo tratándolo de construir como un todo igual desde un discurso que sólo se basa en significados carentes de significantes. Que son a su vez aplaudidos por quienes los escuchan pero que no son interpretados, y se ve la total inexistencia de una producción de sentidos capaces de ayudar a tener una postura interpretante frente a ese discurso dado.


RUPTURAS Y CONTINUIDADES

Se ha podido observar que desde tiempos pasados las prácticas políticas han contado con estrategias comunicacionales, que no sólo son un invento del siglo XX en adelante. La mediatización, tal vez sacralizó y transformó el sentido de las prácticas políticas, pero el discurso a permanecido a través de la historia de la humanidad, aunque cada vez se desconfíe más de él sigue permanente.
Sin embargo, el descreimiento, la corrupción, las promesas, que sólo quedan en eso... palabras. Han provocado una terrible desconfianza hacia el discurso político. Todos dicen lo mismo, y nadie hace nada, se escucha con frecuencia esta frase en casi todos los ámbitos sociales. Las palabras no sólo son simbolismos, significan algo en tanto y en cuando tengan su significante correspondiente. Palabra/Acción, no solos discursos, si no discursos acompañados por hechos, acciones que sustenten el discurso dado en el tiempo.
“Un príncipe de estos tiempos, a quien no es oportuno nombrar, jamás predica otra cosa que concordia y fe; y es amigo de ambas, ya que si las hubiese observado, habría perdido más de una vez la fama y las tierras”9.
La práctica política se caracterizó, se caracteriza y se caracterizará por su capacidad de generar universos discursivos capaces de ser olvidados por el sólo echo de durar mientras son pronunciados. Es claro que hoy día la tecnología (el video por ejemplo), permite la grabación no sólo de los discursos, sino de los gestos y el contexto en el que lo pronunció; pero el video sólo no es capaz de recuperar la memoria de muchos. Pensar desde los discursos la crisis de credibilidad política actual, permite identificar a las promesas “incumplidas”, las palabras sin acción, como los primeros síntomas de deterioro político. Pero, también permite pensar al discurso como legitimador de esa práctica, que construye a los sujetos que por momentos comparten y conviven dentro del universo discursivo político; por esta razón es preciso indagar las transformaciones que se van generando en los sujetos que lo producen y en aquellos que los reciben. Tratando siempre de ampliar el campo de investigación, evitando centralizarse y abocarse a los discursos políticos massmediatizados, tomando como punto de análisis aquellos discursos producidos en otros espacios de comunicación.




BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

§ MAQUIAVELO, EL PRÍNCIPE, EDITORIAL ALBA, MADRID, 1998.
§ VERON, EL DISCURSO POLITICO. LENGUAJE Y ACONTECIMIENTOS, EDITORIAL HACHETTE, 1987.
§ AUTORES VARIOS, TEORIAS POLITICAS Y TEORIAS DE LA COMUNICACIÓN, CAP.VI LAS PRACTICAS DE LA COMUNICACIÓN POLITICA ARTICULACIONES DISCURSIVAS, EDICIONES DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN, U.N.L.P, 1997.
§ FOLLARI, TEORÍAS POLÍTICAS Y TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN, CAP. V LO “LIGHT”EN LA TEORÍA: DEFECCIONES CONTEMPORÁNEAS, EDICIONES DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN, U.N.L.P, 1997.
§ ARGUMEDO, LOS SILENCIOS Y LAS VOCES EN AMERICA LATINA. NOTAS SOBRE EL PENSAMIENTO POPULAR (CAP.VI), EDICIONES DEL PENSAMIENTO NACIONAL, 1992.
§ ESTEFANÍA JOAQUÍN, EL PODER EN EL MUNDO, EDITORIAL PLAZA Y JANES, 2000.
§ BARTHES, LA RETÓRICA ANTIGUA, APUNTE DE CATEDRA COMUNICACIÓN Y CULTURA, F. P. Y C. S. , U.N.L.P., 2000.

[1] MAQUIAVELO, CAP. XVIII “DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS”, EL PRINCIPE, EDITORIAL ALBA, MADRID, 1998.

[2] VERON, ELISEO EN “LA PALABRA ADVERSATIVA”.
3 BARTHES, RONALD “LA RETÓRICA ANTIGÜA”

4 estrategias como el arte de dirigir un conjunto de disposiciones para alcanzar un objetivo.
5 “TEORÍAS POLÍTICAS Y TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN”, EDICIONES DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN, VARIOS AUTORES.
6 IDEM. 1

7 IDEM. 2
9 IDEM. 1 Y 6

1 comentario:

Marisa Bin dijo...

Mariana, adelante y fuerza, sos una excelente profesional, tenés un potencial único... si existiesen mas "marianas" el panorama educacional y la sensibilidad docente sería totalmente diferente.

Te quiero Mucho!

Marisa Bin
Periodista